
Estudiante de Pedagogía Básica
Universidad Arturo Prat
Como futuros profesores debemos estar atentos y al tanto de lo que la sociedad espera de nosotros, de los cambios que los niños, jóvenes y sociedad en general experimentan.
Es difícil hacer referencia a las características que debe tener un docente actualmente, pues a parte de las particularidades propias de esta tarea, hoy un docente debe realizar una variada gama de actividades muchas veces ajenas a su labor, si se quiere ser un buen educador. No es fácil encauzarse en un solo sentido, mas el tópico escogido es de interés nacional por estos días.
En diarios y noticieros nacionales en el transcurso de este año hemos podido ver cómo la violencia en los colegios se ha agudizado, incluso el tema ha dado materia para realizar programas de televisión exclusivamente dedicado a ello.
Con dolor hemos sabido de casos tan extremos que han terminado con el suicidio de algunos niños, por la agresividad no solo física si no también sicológica de la que son victimas.
¿Qué ocurre en nuestra sociedad? ¿Cuál es el rol que cumple la escuela en estos casos? ¿Cuál es el rol del profesor con esta realidad de violencia extrema?
Estas son solo algunas de las preguntas que se nos vienen a la mente al conocer estos sucesos, el qué haremos nosotros cuando nos toque presenciar este tipo de actos de violencia entre niños que actúan como adultos belicosos.
La verdad es que a nivel mundial la violencia es pan nuestro de cada día, no hace mucho supimos de un estudiante universitario con descendencia oriental perteneciente a una universidad norteamericana, que cierto día irrumpió en ella con armamento y dio muerte a varios de sus compañeros. Así se podría mencionar una variedad de casos de orden nacional e internacional, cabe preguntarse ¿es que nadie se dio cuenta de la desviación de esos alumnos?
Desgraciadamente hoy la familia no es el núcleo que antaño era, en donde la madre siempre en casa entregaba a sus hijos la primera enseñanza, esa con valores morales, la que supervisaba cada acto de sus niños, y estos solo acudían a primero básico para aprender a escribir, a leer y una variedad de conocimientos necesarios para insertarse adecuadamente en la sociedad (en cuanto a nivel cultural se refiere). Hoy es bien visto que la mujer trabaje (el trabajo en casa no era reconocido), además hoy la economía familiar necesita del aporte monetario de otro integrante de la familia, ya no basta con el salario del padre de familia (cuando este existe), entonces ¿que pasa con esa educación que solo la familia provee? . . . Los padres llegan por la tarde cansados y los hijos permanecen en el colegio y luego vuelven a casa solos, se entretienen con la televisión, aprenden lo que esta les entrega, (que está bastante lejos de los valores). Aquí aparece uno de los roles que antes no recaía en el profesor: “Entregar valores de vida además de conocimientos a sus alumnos”
Esto es una carga que creo pesa demasiado en los docentes, pues cuando existen problemas con respecto a la forma de actuar de alumnos, a quien siempre se culpa es a la educación actual, al gobierno, finalmente a los profesores. ¿Por qué, si es en la familia donde se debieran cultivan los valores y la personalidad de las personas?
Asumiendo nuestro nuevo rol o roles ¿Cuál será nuestra actitud al observar violencia dentro del aula ya sea física o sicológica?
Creo que es nuestro deber ser un árbitro comprometido con la formación de nuestros alumnos. No ser meros observadores de riñas de estudiantes o abusos de poder de parte de los más fuertes de la clase, sin embargo, “cuando un profesor intuye lo que sucede en su clase, se encuentra muchas veces, sin los mecanismos claros para que pueda intervenir. Existe poco margen de actuación y, sobre todo, no cuentan con la técnica para resolver el problema” (aclara una sicóloga en artículo de diario El Mercurio).
Es difícil, no se nos enseña en la universidad, a veces ni siquiera en nuestras familias nos enfrentamos a riñas o a violencia sicológica, más aún en niños.
Como actualmente es un tema de orden global debiera existir más preparación para los profesores, se debería capacitar para resolver problemas de buena forma, pero aún así es complicado, especialmente en liceos o colegios con enseñanza media pues aquí incluso son violentados los docentes. ¿Cómo resolver situaciones sin comprometerse demasiado? ¿Qué hacer si un profesor recibe un golpe tratando de separar a dos alumnos? Son los riesgos que se corren, concluyo finalmente.
Siendo esta una cuestión de “vital” importancia y buscando información en Internet acerca del tema de mediación de conflictos me encuentro con que actualmente se dictan una serie de cursos referentes al tema, pero hay que pagar, ¿no debiera el ministerio capacitar a los docentes de manera obligatoria, incluso se debiera capacitar ya a los estudiantes de pedagogía en las universidades para el manejo de conflictos, tomando en cuenta que hay niños que se suicidan o hieren a otros en riñas de colegio.
Nosotros como profesores de enseñanza básica tal vez estemos un poco más distantes de esta realidad (los problemas más graves se han visto en enseñanza media), sin embargo, hay que estar atentos a niños agresores y en especial al niño agredido, quien normalmente manifiesta conductas como retraimiento, miedo, o permanecer en silencio.
“Para mediar en conflictos, se debe formar a profesores, alumnos y padres, no servirá de nada sin la ayuda y colaboración de todos los miembros de la comunidad educativa” 1
La sociedad debería recordar que la principal tarea del colegio es recibir formación científica y formarse como ciudadano, los valores fundamentales los entrega la familia. En segundo lugar la comunidad educativa debe siempre tener en cuenta que todos (profesores, alumnos, personal de administración y servicios, padres) están obligados a denunciar cualquier situación contraria a las normas de convivencia del colegio, y de la vida en general. A los alumnos se les debe inculcar ser valientes para defender al más débil, aunque para hablar este pida confidencialidad.
Como consejo una vez que existan conflictos en el aula: dar la posibilidad al agresor de pedir disculpas, así el agresor aprende que en la vida se cometen errores, pero que se pueden reparar. Buscar el origen del enojo del niño agresor, para conversarlo y tratar de trabajar en ello. También es importante poner a los niños en lugar de otros, para enfrentarlos a diferentes situaciones. Por último también ayuda el trabajo en equipo, así los niños aprenden a opinar a decir no a los ataques contra él o contra algún compañero.
Resumiendo, creo que la mediación es un proceso, en que el profesor debe estar capacitado para manejar conflictos, debe además existir un compromiso de los padres en el proceso, en cuanto a creer lo que se les informa de sus hijos, pues los padres tienden a pensar que sus hijos son incapaces de actuar de tal o cual forma, se debe concienciar o educar a los niños desde pequeños para que respeten a sus pares, para que defiendan al más débil y por sobre todo fortalecer su personalidad para que aún existiendo violencia en su entorno o hacia sí, este sea capaz de ver la forma de superarlo en forma positiva y no caiga en depresión viendo todo de forma negativa, pues ahí es cuando se corre de verdad peligro.
Finalmente vuelvo a pensar que como es en la familia donde se forja nuestra personalidad, es aquí también donde podemos encontrar el origen del problema (violencia intrafamiliar, papá y mamá trabajan, violencia en medios de comunicación, etc.) y por supuesto también la solución, eso siempre y cuando los involucrados tengan el coraje de reconocer que han fallado y que no es ni el colegio, ni el profesor, ni el gobierno el culpable de la forma de actuar de sus hijos. Si la familia retoma su rol de formadora y enseña a sus integrantes el respeto a las demás personas entonces, problemas como la violencia en las escuelas se podrían superar.
Por supuesto mientras eso no ocurra y la familia continúe solo preocupada de obtener recursos económicos para su clan o insista en que eso solo le ocurre a “otros”, el profesor desempeñará el rol formador de los padres de la mejor forma posible e inculcará a los niños que “no se debe hacer a los demás lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros”. Y si solo algunos de ellos aprenden esta especial lección habremos contribuido con un grano de arena en construir un mundo mejor.
BIBLIOGRAFÍA
- http://weblog.educ.ar/noticias/archives/004390.php
- http://www.latercera.cl/lt3/portada/0,0,3255_5658,00.html
- http://www/.avempace.com/convivencia/
- http://www.elmercurio.cl
Es difícil hacer referencia a las características que debe tener un docente actualmente, pues a parte de las particularidades propias de esta tarea, hoy un docente debe realizar una variada gama de actividades muchas veces ajenas a su labor, si se quiere ser un buen educador. No es fácil encauzarse en un solo sentido, mas el tópico escogido es de interés nacional por estos días.
En diarios y noticieros nacionales en el transcurso de este año hemos podido ver cómo la violencia en los colegios se ha agudizado, incluso el tema ha dado materia para realizar programas de televisión exclusivamente dedicado a ello.
Con dolor hemos sabido de casos tan extremos que han terminado con el suicidio de algunos niños, por la agresividad no solo física si no también sicológica de la que son victimas.
¿Qué ocurre en nuestra sociedad? ¿Cuál es el rol que cumple la escuela en estos casos? ¿Cuál es el rol del profesor con esta realidad de violencia extrema?
Estas son solo algunas de las preguntas que se nos vienen a la mente al conocer estos sucesos, el qué haremos nosotros cuando nos toque presenciar este tipo de actos de violencia entre niños que actúan como adultos belicosos.
La verdad es que a nivel mundial la violencia es pan nuestro de cada día, no hace mucho supimos de un estudiante universitario con descendencia oriental perteneciente a una universidad norteamericana, que cierto día irrumpió en ella con armamento y dio muerte a varios de sus compañeros. Así se podría mencionar una variedad de casos de orden nacional e internacional, cabe preguntarse ¿es que nadie se dio cuenta de la desviación de esos alumnos?
Desgraciadamente hoy la familia no es el núcleo que antaño era, en donde la madre siempre en casa entregaba a sus hijos la primera enseñanza, esa con valores morales, la que supervisaba cada acto de sus niños, y estos solo acudían a primero básico para aprender a escribir, a leer y una variedad de conocimientos necesarios para insertarse adecuadamente en la sociedad (en cuanto a nivel cultural se refiere). Hoy es bien visto que la mujer trabaje (el trabajo en casa no era reconocido), además hoy la economía familiar necesita del aporte monetario de otro integrante de la familia, ya no basta con el salario del padre de familia (cuando este existe), entonces ¿que pasa con esa educación que solo la familia provee? . . . Los padres llegan por la tarde cansados y los hijos permanecen en el colegio y luego vuelven a casa solos, se entretienen con la televisión, aprenden lo que esta les entrega, (que está bastante lejos de los valores). Aquí aparece uno de los roles que antes no recaía en el profesor: “Entregar valores de vida además de conocimientos a sus alumnos”
Esto es una carga que creo pesa demasiado en los docentes, pues cuando existen problemas con respecto a la forma de actuar de alumnos, a quien siempre se culpa es a la educación actual, al gobierno, finalmente a los profesores. ¿Por qué, si es en la familia donde se debieran cultivan los valores y la personalidad de las personas?
Asumiendo nuestro nuevo rol o roles ¿Cuál será nuestra actitud al observar violencia dentro del aula ya sea física o sicológica?
Creo que es nuestro deber ser un árbitro comprometido con la formación de nuestros alumnos. No ser meros observadores de riñas de estudiantes o abusos de poder de parte de los más fuertes de la clase, sin embargo, “cuando un profesor intuye lo que sucede en su clase, se encuentra muchas veces, sin los mecanismos claros para que pueda intervenir. Existe poco margen de actuación y, sobre todo, no cuentan con la técnica para resolver el problema” (aclara una sicóloga en artículo de diario El Mercurio).
Es difícil, no se nos enseña en la universidad, a veces ni siquiera en nuestras familias nos enfrentamos a riñas o a violencia sicológica, más aún en niños.
Como actualmente es un tema de orden global debiera existir más preparación para los profesores, se debería capacitar para resolver problemas de buena forma, pero aún así es complicado, especialmente en liceos o colegios con enseñanza media pues aquí incluso son violentados los docentes. ¿Cómo resolver situaciones sin comprometerse demasiado? ¿Qué hacer si un profesor recibe un golpe tratando de separar a dos alumnos? Son los riesgos que se corren, concluyo finalmente.
Siendo esta una cuestión de “vital” importancia y buscando información en Internet acerca del tema de mediación de conflictos me encuentro con que actualmente se dictan una serie de cursos referentes al tema, pero hay que pagar, ¿no debiera el ministerio capacitar a los docentes de manera obligatoria, incluso se debiera capacitar ya a los estudiantes de pedagogía en las universidades para el manejo de conflictos, tomando en cuenta que hay niños que se suicidan o hieren a otros en riñas de colegio.
Nosotros como profesores de enseñanza básica tal vez estemos un poco más distantes de esta realidad (los problemas más graves se han visto en enseñanza media), sin embargo, hay que estar atentos a niños agresores y en especial al niño agredido, quien normalmente manifiesta conductas como retraimiento, miedo, o permanecer en silencio.
“Para mediar en conflictos, se debe formar a profesores, alumnos y padres, no servirá de nada sin la ayuda y colaboración de todos los miembros de la comunidad educativa” 1
La sociedad debería recordar que la principal tarea del colegio es recibir formación científica y formarse como ciudadano, los valores fundamentales los entrega la familia. En segundo lugar la comunidad educativa debe siempre tener en cuenta que todos (profesores, alumnos, personal de administración y servicios, padres) están obligados a denunciar cualquier situación contraria a las normas de convivencia del colegio, y de la vida en general. A los alumnos se les debe inculcar ser valientes para defender al más débil, aunque para hablar este pida confidencialidad.
Como consejo una vez que existan conflictos en el aula: dar la posibilidad al agresor de pedir disculpas, así el agresor aprende que en la vida se cometen errores, pero que se pueden reparar. Buscar el origen del enojo del niño agresor, para conversarlo y tratar de trabajar en ello. También es importante poner a los niños en lugar de otros, para enfrentarlos a diferentes situaciones. Por último también ayuda el trabajo en equipo, así los niños aprenden a opinar a decir no a los ataques contra él o contra algún compañero.
Resumiendo, creo que la mediación es un proceso, en que el profesor debe estar capacitado para manejar conflictos, debe además existir un compromiso de los padres en el proceso, en cuanto a creer lo que se les informa de sus hijos, pues los padres tienden a pensar que sus hijos son incapaces de actuar de tal o cual forma, se debe concienciar o educar a los niños desde pequeños para que respeten a sus pares, para que defiendan al más débil y por sobre todo fortalecer su personalidad para que aún existiendo violencia en su entorno o hacia sí, este sea capaz de ver la forma de superarlo en forma positiva y no caiga en depresión viendo todo de forma negativa, pues ahí es cuando se corre de verdad peligro.
Finalmente vuelvo a pensar que como es en la familia donde se forja nuestra personalidad, es aquí también donde podemos encontrar el origen del problema (violencia intrafamiliar, papá y mamá trabajan, violencia en medios de comunicación, etc.) y por supuesto también la solución, eso siempre y cuando los involucrados tengan el coraje de reconocer que han fallado y que no es ni el colegio, ni el profesor, ni el gobierno el culpable de la forma de actuar de sus hijos. Si la familia retoma su rol de formadora y enseña a sus integrantes el respeto a las demás personas entonces, problemas como la violencia en las escuelas se podrían superar.
Por supuesto mientras eso no ocurra y la familia continúe solo preocupada de obtener recursos económicos para su clan o insista en que eso solo le ocurre a “otros”, el profesor desempeñará el rol formador de los padres de la mejor forma posible e inculcará a los niños que “no se debe hacer a los demás lo que no nos gusta que nos hagan a nosotros”. Y si solo algunos de ellos aprenden esta especial lección habremos contribuido con un grano de arena en construir un mundo mejor.
BIBLIOGRAFÍA
- http://weblog.educ.ar/noticias/archives/004390.php
- http://www.latercera.cl/lt3/portada/0,0,3255_5658,00.html
- http://www/.avempace.com/convivencia/
- http://www.elmercurio.cl
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